La cara vista, la cara oculta y el entendimiento cultural
La cara vista
Conversando con algunos estudiantes hace pocos días, trataba de explicar, a mi manera, la importancia de ir más allá en el análisis de la situación de los latinoamericanos en los Estados Unidos. Comencé por contarles que desde muy niño escuchaba conversaciones en las que se le otorgaba un altísimo valor, casi supremo, al hecho de que alguien llegara a ser residente permanente o ciudadano de los Estados Unidos. Como niño, algo que me llamaba la atención era escuchar también cómo los adultos resaltaban como mérito el haberlo logrado a través de sacrificios que yo consideraba casi extremos en mi limitada capacidad de entender.
Con el tiempo se fue haciendo normal que muchos latinoamericanos trazaran una especie de plan para venir a los Estados Unidos, trabajar muy duro, lograr un bienestar económico decente, y por último, obtener tan preciados documentos. Hasta allí todo estaba bien, pero me parecía que algo no tenía suficiente sentido.
Continuando la conversación con los estudiantes, recordé, quizás por estar pensando en mis primeros años de vida, una pequeña frase de una canción del grupo español Mecano que habla sobre un cuadro de bifrontismo que sólo da una faz. La canción se llama Me cuesta tanto olvidarte, la compuso José María Cano y fue estrenada en 1986. Esto para cumplir con darle crédito al autor.
Usé esa frase para ilustrar cómo la llegada de latinoamericanos a los Estados Unidos ha sido entendida únicamente a través de la cara vista de un cuadro como el descrito en la canción. Millones de inmigrantes han llegado con la idea de buscar trabajar en cualquier ocupación sin importar lo que están dejando atrás, y tal vez en la búsqueda de encontrar una solución al problema que les trajo hasta aquí; que es principalmente de origen económico. Me parecía que al final del día, los inmigrantes tienden a desgastarse toda una vida por un documento y no por lo que en realidad habían perseguido dentro del ideal de desarrollo.
Ahora bien, decía yo a los estudiantes que era hora de hablar de la cara oculta de ese cuadro. El Instituto de Políticas Migratorias ha publicado un reporte de investigación sobre el desperdicio intelectual de los inmigrantes profesionales conocido como Brain Waste. No siendo esta fuente la única que documenta este fenómeno, haré algunos comentarios para dar sentido y contarles cómo terminó la conversación con los estudiantes.
La cara oculta
El reporte detalla que casi 2 millones de inmigrantes con educación universitaria en los Estados Unidos han sido relegados a trabajar en ocupaciones que se consideran por debajo de su formación académica. Cualquiera de nosotros podemos entender que esta descripción suena mucho más elegante con respecto a lo que vemos en el día a día; médicos haciendo de repartidores, ingenieros manejando un taxi, abogados empaquetando envíos, y pare de contar.
Tal subutilización de intelecto, reza el reporte, viene acompañada de una pérdida cercana a los USD $39 billones en salarios que estos inmigrantes, formalmente educados en el extranjero, dejan de generar al no ocupar puestos de trabajo en los que se aproveche su educación y experiencia. Consecuentemente, esto deriva en el hecho contar casi USD $10 billones en impuestos que pudieran entrar a las arcas federales si estos inmigrantes pudieran producir salarios de acuerdo a su educación.
Otro dato aún más interesante tiene que ver con el porcentaje de los inmigrantes con educación universitaria que han llegado a los Estados Unidos en los últimos años. De 2011 a 2015 casi la mitad de los inmigrantes poseían un diploma universitario. En contraste, sólo el 27 por ciento de los inmigrantes que llegaron hasta 1990 contaban con educación universitaria. El reporte argumenta además que los Estados Unidos se ha enfocado en formar talento humano para desarrollar su mercado laboral a través de programas de educación y desarrollo, y que tal vez, lo que necesite es aprovechar el talento que se encuentra ya listo y en manos de estos inmigrantes bajo subutilización.
Aprovechar estos inmigrantes que vienen al país con un diploma en la mano no sólo representa un ahorro en términos de inversión educativa, sino que también pudiera ayudar a mejorar la entrada de inmigrantes a través de canales regulares y procesos diseñados para extranjeros con educación universitaria.
El entendimiento cultural
Para el año 2020, sólo el 44% de los graduados de escuelas secundarias en los Estados Unidos llegaron a registrarse en una institución de educación superior para cursar carreras de 4 años. Otro 22% solamente lo hizo en carreras de 2 años de duración.
Las preguntas sin responder son tantas que siempre me cuesta explicarlo, y por eso, comencé por hacer esto visible desde algo culturalmente familiar como la vieja canción de Mecano. Creo que muchos de nosotros pudiéramos escribir un reporte parecido al del Instituto de Políticas Migratorias que tal vez muestre la subutilización de intelecto desde el punto de vista latinoamericano, que no es precisamente ocasionado por barreras como la falta de documentos, diferencias en los sistemas educativos, o el idioma, sino que se debe en su totalidad a la débil condición de nuestros mercados laborales latinoamericanos, así como al desorden en la producción de profesionales sin tener suficientes puestos de trabajo que ofrecer.
El Instituto de Políticas Migratorias también reporta las causas de esta subutilización de intelecto de inmigrantes en los Estados Unidos. Es notable ver cómo la gran mayoría de estas causas tienen que ver con una cara oculta de la que no se habla mucho, que tal vez puede sentirse en el ambiente, pero que muy pocos están dispuestos a mostrar o descubrir.
Parece, una vez más, que sería importante analizar las estructuras en cada uno de los extremos. En uno de ellos, Estados Unidos con una organización e institucionalidad muy avanzada que optimiza el uso de cada recurso material y humano, y en el otro, Latinoamérica con una estructura de entendimiento social centrado en la superación de la miseria y la búsqueda del éxito a través del acceso a bienes materiales.
Mi conversación con los estudiantes terminaba por describir esa cara oculta en la que pareciera se perdieran millones de inmigrantes con educación universitaria al no poder hacer entender a los empleadores, al gobierno, al sistema de inmigración e incluso al habitante promedio, cuáles son sus competencias, cómo han sido formados, y también cómo pueden contribuir al desarrollo de los Estados Unidos haciendo uso de sus profesiones.
Cerré por decirles que no podemos esperar otro resultado si continuamos alimentando nuestra concepción de la realidad tal y como la vemos sin prestar atención a esa cara oculta. Hoy observamos un sistema migratorio que por años ha sido alimentado de cualquier razón para quedarse sin mirar hacia lo importante, sin considerar lo que se puede traer para aportar y no para ser una carga. Esto, en mi opinión, ha contribuido a su colapso. Entender y hacer entender parece ser parte de la solución. Luego actuar.
Fuentes
https://www.migrationpolicy.org/sites/default/files/publications/BrainWaste-ReportinBrief-FINAL.pdf
https://research.com/education/percentage-of-high-school-graduates-that-go-to-college
Si todo aquel que tenga pensado irse de su pais, conociera esas caras ocultas, la realidad pudiese ser diferente para muchos.