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Cultura y desarrollo en Latinoamérica: las primeras universidades

Existen muchas definiciones disponibles que pueden darnos una idea clara de lo que es la cultura. Quizás una de las más arraigadas en el comentario colectivo de los latinoamericanos tiene que ver con aquellas costumbres o manifestaciones que caracterizan la identidad de las personas en relación a lo que consideran como propio.

Mientras pasábamos por la escuela nos era familiar asociar todo lo que tenía que ver con cultura a bailes, folklore, expresiones artísticas de cualquier tipo que nos hablaban de escenarios pintorescos e historias interesantes que poco parecían sumar a nuestra formación. La idea de interesarnos más por la cultura como hecho social preponderante en nuestro comportamiento y desarrollo, no se mostraba atractiva en términos de ir por lo que considerábamos de mayor valor según nuestra concepción del entorno, esto es, aquello que a través del efecto nos parecía mucho más importante y digno de reconocimiento.

Es así como a lo largo de nuestra historia latinoamericana hemos podido contar, vez tras vez, cómo nuestra independencia o las gestas heroicas de nuestros antepasados estuvieron muy cerca de lograr que el desarrollo finalmente llegara a ser parte habitual de nuestras sociedades. Siempre hemos estado muy cerca, pero nunca hemos llegado.

Un dato interesante en nuestra historia tiene que ver con la creación de las primeras universidades en el continente americano: la Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana (1538),  la Universidad Nacional de San Marcos, Perú (1551) y la Universidad Nacional Autónoma de México, México (1551). Lo interesante de este dato se convierte en relevante al conocer que estas tres universidades fueron creadas casi un siglo antes que lo fuera la Universidad de Harvard, Estados Unidos (1636).

Con frecuencia escuchamos argumentos acerca de las razones de nuestra difícil carrera por el desarrollo. La conversación más recurrente comienza por tratar temas políticos, comentarios que tienen que ver más con lo que pudiera hacerse si la gente no fuera tan mal educada. La cultura es muy poco nombrada. Pareciera que los latinoamericanos estamos muy bien y lo que nos ha pasado es que hemos tenido la mala suerte de no vivir rodeados de la gente adecuada.

Si pensamos un poco, no solamente se trata de que nosotros somos esa gente, sino que, además, los valores, las costumbres y el lenguaje de esa gente nos hacen responsables de lo que hemos logrado hasta ahora.

Quiere decir que el haber creado universidades antes que los poderosos, ansiados y envidiados Estados Unidos de América, no fue suficiente y que aún intentamos encontrar la fórmula, tal vez mágica, para salir de nuestros propios problemas y desarrollarnos.

Creo que una reflexión sobre nuestro entendimiento de la realidad a través de nuestra cultura, quiénes somos en realidad, qué nos mueve, cómo pensamos, qué aportamos a la interacción social fuera de nuestros propios intereses, pudiera también asumirse como importante, siendo todo esto parte de nuestra cultura.

Haber tenido la posibilidad de generar conocimiento científico no ha sido suficiente en una cultura que premia mucho más el efecto del resultado. Tal vez el haber negado la importancia de nuestro entendimiento e interacción como sociedad, nuestra cultura, nos ha dado el resultado esperado al precio de seguir intentando, culpando a otros y persiguiendo lo inalcanzable: desarrollo sin entendimiento cultural.

La educación definitivamente es parte importante en la formación de cualquier sociedad, sin embargo, conocer luego qué se hace con ella depende de los intereses de la gente y de lo que consideran valioso según lo que han entendido en su entorno: su cultura. Educarnos no ha sido suficiente. Buscar a fondo en nuestro entendimiento de la realidad pareciera ser necesario después de tantos años de intentar.

Fuente: ​First three universities in the Americas. (n.d.). ​LATINO BOOK REVIEW. https://www.latinobookreview.com/first-three-universities-in-the-americas.html

 

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